Nombre Real: Artemisa
Otros Alias: Cazadora
Profesión: Diosa de la caza y los partos
Lugar de Nacimiento: Isla de Delos
Estado Civil: Relación incestuosa estable con su hermanastra Eris
Parientes Conocidos: Zeus (padre), Clito (madre). Apolo(hermano gemelo). Resto de familia olímpica.
Grupo de Afiliación: Asociación sin nombre con Gea y Eris, a la que tal vez se unan más dioses.
Base de Operaciones: Edén
Primera Aparición fuera de la mitología:
Olimpo Renacido # 1
Altura: 1,70
Peso: 63
Ojos: Castaño
Pelo:Castaños
Poderes y habilidades: Como otros dioses, su grado de poder varía en función de la fe de los hombres, y de su consciencia de su propia divinidad. En la actualidad, tiene poder suficiente para poder “invocar” su arco y sus flechas, en cualquier situación y lugar, sin olvidar una puntería infalible. Además, puede comunicarse con los animales.
Como todos los dioses, es prácticamente inmortal. No puede perecer a manos de mortales aunque sí alcanzar un estado de “extinción temporal” si quien la mata es otro dios.
Parafernalia: Armas: Arco y flechas plateados.
Historia: Cuando la fe de los hombres en los Olímpicos decayó, los dioses decidieron emprender una migración cósmica y mezclarse con los mortales. Algunos se olvidaron de quienes eran y terminaron pereciendo, otros fueron viviendo a lo largo de los siglos. Una parte de sus andanzas se convirtieron en lo que hoy llamamos leyendas y cuentos infantiles. De Artemisa, se sabe que estuvo involucrada en el caso Caperucita Roja. Poco más se conoce de sus andanzas hasta que, tras la conquista del espacio, una Artemisa que casi se había olvidado de que era una diosa se reencontró con Eris en Mundo Venus y ayudó a eliminar a una Hera demente, que intentaba modelar aquel mundo a su antojo, gracias al poder acumulado tras “matar” a una parte de su familia, incluidos su propio esposo Zeus, Apolo, el gemelo de Artemisa, y Calisto, la ninfa amante de la cazadora.
En Action Tales: Artemisa y Eris disfrutan de la hospitalidad de Edén, un planeta vivo en el que se refugian divinidades de toda suerte de panteones, cuando una llamada de Gea las convoca a dos misiones que las obligarán a dividir sus fuerzas. La cazadora tendrá que rescatar a un renacido Apolo; Eris escoltar a Poseidón hasta Edén. Por desgracia para ellas, Artemisa se verá sumergida en un peculiar escenario onírico sacado de una novela negra, en el que tendrá que esforzarse por recordar quién, y el rey del mar demostrará ser un traidor.